"Seamos libres, lo demás no importa nada" Libertador General San Martín

domingo

Vieja deuda de la democracia




por lucas molinari

Así como en el `33 con el tratado Roca-Runciman se firmaba la sumisión a los intereses británicos, en los ´90 se abrió el camino para que los grupos económico se apropien de la mayoría de los medios de comunicación. La ley de radiodifusión que hoy sigue vigente, es la que decretaron Videla y Harguindegui en el `80, y Menem se encargó de modificar para permitir la formación de los Multimedios. La propiedad de los diarios, radios, canales de TV, cable, etc, está en manos de los monopolios que marcan la agenda política día a día.

En estos 25 años de democracia ningún mandatario se enfrentó a los medios. Por eso más de 70 proyectos de ley naufragaron en las comisiones de diputados. Éste mes la Presidenta va a lanzar un debate a nivel nacional para que llegue con fuerza al Congreso y nuestros “representantes” demuestren, como cuando la R 125, qué intereses defienden.

El poder de los medios es gigantesco. Porque tienen el manejo de los contenidos. Así pueden crear sentidos comunes. Por ejemplo la inseguridad. Existe en los barrios, la sufre el pueblo trabajador. En los medios sin embargo se refleja solamente los sucesos que vive la clase acomodada. Porque el valor del dinero, es el valor más alto en la sociedad, un sentido construido desde el poder. Pero las clases populares practican otros valores: la solidaridad, la lucha, el trabajo.

La guerra de la información no sólo es una batalla de contenidos, que se da desde los medios populares y públicos, sino que es una lucha ideológica fundamental para construir otra sociedad. Democratizar las comunicaciones en este sentido es fundamental en la pelea por redistribuir las riquezas. Porque no habrá democracia en los medios, si no existen medios que permitan que los trabajadores se expresen, ya no como clientes sino como partícipes.

Se trata de redistribuir, porque la propiedad está concentrada. Para que el pueblo pueda acceder a la comunicación, tiene que ser protagonista, construirla. Por esto en la medida que las organizaciones populares gestionen medios propios, vamos a escuchar más voces. Se trata de la propiedad, no de espacios radiales, televisivos, o columnas en diarios. Quien define los contenidos es quien tiene la propiedad de los medios de producción.

Se viene el debate. La libertad de empresa será la bandera de los monopolios. Los 21 puntos básicos por una Radiodifusión Democrática, será la nuestra (www.coalicion.org.ar). Es necesario enterarse, difundir este material, discutirlo, militarlo. En el trabajo, en el barrio, en la casa. ¿Por qué es un lujo ver el fútbol los domingos? Ejemplos como este hay muchos. La comunicación como negocio, o la comunicación como derecho esencial de los pueblos, esa es la discusión.

Uno de los 21 puntos plantea dividir el espectro radioeléctrico en tres partes iguales: una para los privados, otra para lo público, y la otra para el sector social (hoy el 90% la tiene los privados). Ahí va a estar el espacio entonces para que las organizaciones construyan medios propios.

Es necesario tomar la comunicación como prioridad. Tomar la palabra, para intervenir políticamente. Si para el enemigo, los medios suponen una herramienta principal, la existencia de medios populares masivos creemos que tiene que ser uno de los ejes de la construcción de poder popular.

Se viene la aplicación de las nuevas tecnologías, como la televisión digital. Donde hoy existe un canal de aire, van a poder haber 4 más. ¿Quién tendrá la propiedad, y por tanto la gestión de los mismos? ¿El Grupo Clarín? Que quede claro, no depende solo del Gobierno Nacional.

Por todo esto una Ley de Radiodifusión de la Democracia supone una disputa de poder con los monopolios. No pensemos que de la noche a la mañana lograremos desestructurar los Multimedios. Se trata de que el pueblo construya los propios para cambiar la relación de fuerzas en el campo de las comunicaciones. Se trata de romper con la práctica de la partidocracia, que muchos movimientos sociales obsecuentes han adoptado, de rosquear al editor de turno para conseguir tantas líneas en tal diario, o tantos minutos es tal radio o canal de TV. Se trata de discutir el sistema de comunicación para que el pueblo todo acceda a toda la información y para que todas las voces sean escuchadas.

marzo 2009

No hay comentarios: