"Seamos libres, lo demás no importa nada" Libertador General San Martín

sábado

Sin mezquindad, ni sectarismo

Ciertos procesos políticos que se vienen sucediendo en el continente, el caso Boliviano por ejemplo, nos reafirman varias verdades que estuvieron puestas en tela de juicio en los últimos años “posmodernos”: que la historia la hacen los hombres, que los tiempos se apresuran al calor de los enfrentamientos, que no es necesario esperar cientos de años para hacer realidad un país distinto.

Ahora bien, para lograr avanzar en ese sentido, el ojo del analista, el corazón del militante, debe ser lo más exhaustivo posible. No hace falta ser muy vivo para darnos cuenta que nuestro país no está en presencia de un movimiento de masas organizado y en disputa, con lo cual muy distintas son las posibilidades que presenta nuestra patria.

En este sentido, es que los procesos que se pueden inducir desde el Estado son doblemente importantes. Por un lado, en función de que están todas las expectativas puestas en que sea el principal inversor y dinamizador de la economía (vaya paradoja, cuando meses atrás este ítem dividía a los argentinos). Por otro lado, las posibilidades de avanzar en el camino de liberación nacional, también quedan a merced de ese proceso, de las repercusiones que pueda lograr una serie de políticas que dinamicen el consumo local y reconstituyan a una clase, con capacidad de disputar en la escena nacional.

Ningún movimiento social por sí solo, por más banca en diputados o secretaria que se le haya otorgado, está en condiciones de conducir un proceso de esa índole, y en ese sentido nada mejor que ser lo más realistas posible y hacer propuestas superadoras.
Creemos que la alternativa hoy no pasa solamente por la de barajar la posibilidad de presentarse a elecciones, pensando que esa es exclusivamente la batalla que hay que desarrollar.

Necesitamos ser capaces de dar batallas en varios frentes, sabiendo que uno alimenta al otro.

Creemos que el Estado tiene muchas cosas que cambiar, que una estrategia de crecimiento económico y social supone políticas económicas para largo plazo, pero también necesita de acuerdos y voluntades políticas, de actores sociales con la fuerza necesaria para impulsarla y con capacidades suficientes para su instrumentación.

Pero sabemos también, que en una sociedad como la nuestra, necesitamos de un estado fuerte, impulsor e inversor, que sea capaz de disciplinar empresarios, que los induzca a la creación de riqueza social, de bienestar, de trabajo.
Por lo cual, nuestra posición lejos de ser una intensión mezquina de disputa con nuestros pares, compañeros del campo popular, es una iniciativa al diálogo, a la discusión; no nos impulsan candidaturas, protagonismos, ni sectarismos diversos, nos impulsa la necesidad de aclarar que sin organización, sin pueblo, sin discusión realista, el bacalao lo cortan otros y nosotros continuamos siendo el cotillón de la fiesta.

Es por eso que convocamos a todas aquellas organizaciones hermanas a encontrarnos en el debate fraternal, y en la acción en cada frente de masas, para construir colectivamente una corriente nacional, popular, revolucionaría y latino americanista, con espíritu sanmartiniano, que sepa defender el proceso político actual de las garras de los enemigos históricos del pueblo.

febrero 2009

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