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domingo

Derribando el muro de la derecha





por agustina mutchinik


Si hay algo que reconocerle a la derecha es su increíble capacidad para correr los límites, siempre un poco más. No terminaron de manifestarse a favor de la pena de muerte y mandar a los pibes a la cárcel que ya estaban construyendo un muro que divide y separa un barrio de bajos recursos y una de las zonas más lujosas de la provincia de Buenos Aires con el argumento de detener los delitos, obviamente los delitos que les cometen a ellos.

Eso sí, no son originales. Esta medida de construcción de barreras se ha visto a lo largo de la historia y alrededor de todo el mundo.

Recordemos algunas:

- Estados Unidos- México: a mediados de la década del 90 empezó a construirse un muro entre ambos países con el objetivo de detener la inmigración ilegal que escapaba de Latinoamérica.

- Corea: está dividida desde el final de la Segunda Guerra Mundial en Corea del Norte y Corea del Sur. Los casi dos millones de soldados que la patrullan la convierten en la frontera más armada del mundo.

- Israelíes y palestinos: con el argumento de proteger a los ciudadanos de Israel de los ataques de terroristas palestinos, el gobierno de dicho país inició en 2002 la construcción de un muro que atraviesa Cisjordania

- Arabia Saudita Yemén: El gobierno de Arabia Saudita inició en 2003 la construcción de un muro de concreto a lo largo de su frontera con Yemén.

- India Y Cachemira: India emprendió la construcción de una valla que la separa de de Cachemira a comienzos de los años 90, para defender a la nación de ataques de milicianos paquistaníes.

- La famosa Muralla China y el derrumbado Muro de Berlín.

También hubo paredones “para ocultar”, como el que se construyó en el Barrio General Belgrano, más conocido como “Ciudad Oculta”, con el cual la última dictadura militar intentó esconder la villa de la vista de los visitantes extranjeros que venían a nuestro país en el Mundial de Fútbol de 1978.

A través de la historia, los países han utilizado este método con el objetivo de evitar o frenar la entrada de los “extranjeros” y el peligro que ellos representan para su comunidad. En esta línea se encuadra la última medida del Intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Hace unos días salió a la luz la noticia que para detener la inseguridad se establecía entre el barrio residencial La Horqueta y el barrio obrero Villa Jardín un muro que implicaría un cierre de los corredores “ de los delincuentes”.

Más allá de ser ilegal por obstruir las vías públicas, esta política alienta la fragmentación y la discriminación. Si bien los propulsores de esta política lo niegan, ella está impregnada por una peligrosa asociación entre pobre-delincuente y rico-que necesita seguridad. Entonces ¿qué hacen? Sencillo: se van “protegiendo” con seguridad privada, murallas. ¿Y los que quedan del otro lado?

El muro de San Isidro es el arquetipo del sálvese quien pueda: “mientras yo esté seguro, el resto que se arregle”. “Mientras yo no corra peligro que los de afuera se afanen y maten entre ellos”. “Mientras yo viva con aquellos que son iguales a mí y ante los cuales no me sienta amenazado, entonces no hay inconveniente alguno”.

No debería sorprender que estas medidas generen resentimiento, bronca y violencia. No sólo los sectores más desfavorecidos tienen que soportar la ostentación de los “bien posicionados” sino que además, ahora tienen que ver cómo se construye un muro ante sus narices porque su barrio pareciera ser inseguro.

Tampoco debería sorprendernos que la derecha tenga estas iniciativas ya que más allá de sus discursos progresistas, bien sabemos que su política contra la inseguridad es la represión, la mano dura y la exclusión.

Ante tanta indignación el pueblo del barrio Villa Jardín respondió: derribando el muro de la derecha.

Abril 2009

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