por ariel velazque
Secretario de Administrativo /electo de FOETRA
Así como en el país, los trabajadores telefónicos organizados en FOETRA Sindicato Buenos Aires, fuimos a elecciones. En este caso para elegir la conducción del gremio para el período 2009-2013.
Desde 1997, nuestro sindicato viene siendo conducido por la lista Azul y Blanca, un frente de agrupaciones que nació confrontando con las políticas neoliberales de los años 90, logrando recuperar el gremio de las manos del menemismo que había entregado históricas conquistas laborales y negociado la salida de una importante cantidad de trabajadores mediante retiros inducidos.
Durante estos últimos 12 años, este acuerdo pluralista que encabezan los compañeros Osvaldo Iadarola Secretario General, integrante del MTA -CGT-, y Claudio Marín -Secretario Adjunto y co-fundador de la CTA, actual Secretario de Salud Laboral de la misma-, ha logrado llevar adelante importantes conquistas para los trabajadores telefónicos, con una masiva participación en asambleas, plenarios y movilizaciones: entre otras, la reanudación de las paritarias salariales en la Argentina, allá por 2003, el freno a las políticas de despido de Telefónica y Telecom, la efectivización de pasantes y contratados, y sin dudas lo más significativo, la recuperación de la Jornada de Trabajo de 7 horas en general y 6 horas 30 en atención telefónica, la que había sido arrebatada en tiempos de dictadura militar y a posteriori con la privatización de la ENTel.
Toda esta política, ampliamente beneficiosa para el conjunto de los trabajadores, fue duramente atacada por distintos sectores dentro del gremio, fiel reflejo de lo que sucede en la política nacional.
Una de las principales acusaciones de los sectores opositores era el acercamiento de nuestra lista a las posiciones del Gobierno Nacional, particularmente durante el denominado conflicto del campo.
Siendo que en la lista convergen actores políticos que apoyan al gobierno, otros que lo hacen críticamente y otros que no comparten la línea política del mismo, pero que tenemos claro que confluimos en pos de la defensa de los intereses económicos y profesionales de los telefónicos, entendiendo que la arena política no nos es ajena, pero que lo que nos hace caminar juntos en un sindicato es la unidad de la clase ante las patronales.
Fue así que sectores que hasta hace poco integraban la conducción del gremio se alejaron de la misma, bajo el auspicio de las 62 Organizaciones del “Momo” Venegas, dirigente PRO-duhaldista, conformando una lista opositora cuanto menos extraña en sus propósitos, la lista Verde, junto a algunos sectores aislados de la CTA y los partidos de la izquierda sojera, como el MST y la CCC, más el siempre inefable aporte menemista, que financió la campaña a través de la Federación que orienta Rogelio Rodríguez, socio de la intervención militar en la ENTel, entre otras tragedias del movimiento obrero.
Al mismo tiempo se conformó otra lista opositora autodenominada Multicolor, que coligó a las corrientes del PTS, PO e Izquierda Socialista.
Pese a toda la campaña sucia orquestada desde estas listas (agresiones en asambleas y plenarios de delegados, cadenas de mail basura, denuncias de fraude y proscripción, amenazas telefónicas, etc.), las elecciones se llevaron adelante con perfecta normalidad y con una masiva participación (más del 73% del padrón), arrojando un contundente triunfo para la lista Azul y Blanca con el 50% de los votos, seguida con el 33% de los votos para la lista Verde y el 17% para la Multicolor.
Cabe destacar que en la nueva conducción de la Azul y Blanca se renueva más de la mitad de la Comisión Administrativa, dando parte a jóvenes que protagonizaron este último ciclo político del gremio como así también a luchadores históricos de FOETRA.
Al mismo tiempo, la lista resolvió constituirse como agrupación única, es decir unificar este frente de agrupaciones conformado previo a las elecciones de 1997, lo que demuestra la posibilidad de traspasar los límites de un frente para conformar una unidad más fuerte, viendo en la pluralidad de voces un principio enriquecedor de debate de ideas.
Por último, y como señal de esperanza para el movimiento obrero y el campo nacional y popular en momentos de reveses electorales como los vividos el último 28 de junio, podemos señalar a modo de balance que los telefónicos votamos con memoria histórica y memoria del presente, basada en la participación y en el mantenimiento de las convicciones políticas, dos herramientas fundamentales con las que podemos seguir construyendo un país con comunicaciones al servicio del pueblo, con los trabajadores como protagonistas del destino de liberación nacional que necesitamos, priorizando pararnos con dignidad ante las presiones del poder real.
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