Es asumir como estrategia la reconstrucción de
Pero, San Martín no fue a consultar al Director Supremo que es lo que había que hacer, ni siquiera amainó ante la constante negativa de apoyo económico y material para llevar adelante la campaña libertadora del Ejército de los Andes. Y mucho menos aceptar enfrentarse con hombres consustanciados con sus pueblo, emancipadores y patriotas; porque ellos representaban los mismos intereses que él. Opuestos a los intereses rivadavianos y pro británicos.
Pensar en San Martín, es pensar en la integralidad de la política, sin ningún tipo de ambición individual, sin ningún tipo de prebenda. Es ser revolucionario y sentirse patriota y latinoamericano. Como el Che, que peleó, en la primera línea de combate en Cuba, en África y Bolivia. San Martín también dio pelea en tres continentes por la liberación de los pueblos. ¿Será que el Generalísimo San Martín trasladó, junto a su asma, el ideario libertador al Comandante Ernesto Guevara?
Así como nuestro Che no es el Che de la remera; nuestro San Martín, no es el San Martín de bronce que quiere la historia mitrista oligárquica y pro imperialista, ni tampoco es el San Martín de la izquierda liberal. Es el San Martín junto a Simón Bolívar, razonando y actuando por una América libre.
Pensar en San Martín es pensar en esta hermosa fénix Latinoamericana que hoy resurge de las cenizas a 200 años de sus primeras gestas emancipadoras. Esta América profunda empieza a tener rostro moreno; ese rostro sanmartiniano un poco indio, un poco mestizo, un poco criollo.
Estamos ante la presencia de una Latinoamerica que viene recuperando su propia identidad, su soberanía, su regionalización y su protagonismo; donde cada patria chica atraviesa una etapa de cambios y grandes contradicciones. No es casual, que la derecha boliviana saluda a los sectores sociales que enfrentan a Chávez en Venezuela y a CFK en
Por lo tanto, el debate de nuestra estrategia debe estar asentado en américa latina, y desde cada rincón de la patria grande debemos profundizar las contradicciones para avanzar, con el protagonismo de los pueblos, en la senda de la liberación nacional, la revolución social y la unidad latinoamericana.
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