En el artículo anterior se destacaba la necesidad de reconocer nuestras limitaciones, haciendo hincapié, esencialmente en la falta de una estrategia liberadora. Manifestándonos como núcleos tácticos, sin estrategia revolucionaria.
Cientos y cientos de organizaciones sociales, gremiales, culturales, territoriales, estudiantiles, comunicacionales, políticas, etc., se multiplican en cada rincón de nuestra patria. Algunas con mayor espesor que el resto, otras tantas de volumen intermedio, y la gran mayoría de tamaño pequeño; pero todas con la incapacidad de incidir en la realidad política nacional; si hablamos de profundización del proceso político nacional. (Salvo hechos, de masas provocados en unidad de acción, que nos permitió apuntalar al gobierno nacional y taponar la embestida del bloque neoliberal).
Saldar esta limitación comprende en primer lugar tomar conciencia de ella, y en segundo lugar situar nuestros expresiones tácticas en el bloque nacional existente; y desde ahí desplegar el apoyo y la defensa del gobierno nacional y de la UNASUR, profundizar el proceso político actual hacia la liberacion nacional y social y hermanar a la América del Sur en contraposición de la América del Norte.
Es solamente desde esta ubicación política que podemos encontrar la posibilidad real de producir una construcción revolucionaria en la argentina. La cual tendrá por delante el labor histórico de trabajar desde, para y con las masas un programa político de liberacion nacional y social, de conceptos claros y objetivos inamovibles.
Es el pueblo trabajador el que debe tomar el programa en sus manos, encontrando el vehículo organizativo de masas adecuado, para llevar adelante fervientemente la misión que nos señala la restauración de la grandeza de la patria y la felicidad del pueblo todo.
07/07/10
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