POR LA LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACION AUDIOVISUAL Y POR LA CONSTRUCCION DE MEDIOS POPULARES MASIVOS
La actual ley de radiodifusión es la de la dictadura, implementada por un decreto firmado por los genocidas Videla y Harguindeguy en 1980. Según esta ley sólo las sociedades comerciales pueden acceder a licencias. Es decir, la comunicación es entendida como un negocio.
Con la vuelta de la democracia, el pueblo volvió a salir masivamente a las calles. Producto de ese tiempo fue el surgimiento de muchas radios comunitarias en todo el territorio nacional. Como su fin no era hacer dinero, se constituyeron como asociaciones civiles sin fines de lucro y quedaron marginadas del espectro radioeléctrico. A la vez estas experiencias fueron denominadas “radios truchas” por los medios del poder económico.
Con Carlos Menem se profundiza esta desigualdad entre quienes podían tener medios y quienes no. El capital financiero se introduce como actor fundamental en la propiedad de los canales de TV y las radios. Así surgen los multimedios, quedando un sistema comunicacional monopolizado por los grupos económicos.
En estos 25 años de democracia, más de 70 proyectos de ley de radiodifusión naufragaron en las comisiones de diputados del Congreso de la Nación. Pero en 2003 se conformó la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Sindicatos de trabajadores de prensa, radios comunitarias, organismos de derechos humanos, la CGT y la CTA , entre otros actores sociales se unieron para discutir cómo debería ser una ley de radiodifusión de la democracia. De allí surgieron 21 puntos básicos por el derecho a la comunicación, documento que implica el mayor consenso de las organizaciones del pueblo en los últimos años.
El anteproyecto presentado por el Gobierno Nacional el 18 de marzo, como Ley de Servicios Audiovisuales, responde a los 21 puntos. Fundamenta que la comunicación es un derecho esencial del pueblo, que todas las expresiones de la sociedad deben poder acceder a licencias. Es por eso que se plantea que existan porcentajes iguales para las radios sin fines de lucro, las comerciales y las públicas.
Esta ley, una verdadera deuda de la democracia, puede hacerse hoy realidad. Va a depender de la movilización del pueblo para presionar a nuestros representantes. Así como cuando se votó en el Congreso la Resolución 125 cada legislador va a mostrar si se para junto al pueblo o con los grupos económicos. Ya las declaraciones de las Carrió, los Morales, las Giudici, apelaron a la defensa de los monopolios.
Sabemos que no será una pelea sencilla, porque los multimedios tienen un gran poder de des-información. Es por eso que la discusión en el trabajo, en el barrio, en la escuela tiene que ser la forma de quebrar el cerco que día a día imponen los grandes medios.
Debatir esta ley también implica pensar para adelante cómo democratizar las comunicaciones en la práctica, cuando la ley ya esté en pie. En ese sentido queremos aportar como colectivo de militantes que es necesario empezar a discutir la necesidad de la comunicación popular y masiva.
Las radios comunitarias, fueron caratuladas de truchas, y cuando se las aceptó, se las restringió a un área de transmisión reducida. Se creó un sentido, que eran emisoras precarias, quizá con buen contenido, pero de baja calidad. Romper esta idea, sólo será posible con el compromiso de las organizaciones del pueblo en la construcción de otra comunicación.
Creemos que una radio popular debe ser una alternativa a la comercial. Que no sólo informe, sino que sea divertida, y que sea un servicio para los oyentes. Que sea una herramienta para difundir campañas a la comunidad, donde los trabajadores puedan informarse sobre temas gremiales, donde los jóvenes participen y se formen como comunicadores populares.
Construir medios con la estética del pueblo, con las voces, los sonidos y la música de los barrios. Pero ya no pensando en una dimensión reducida. Discutirlo todo es lo que demanda la realidad ya que el nivel de confrontación política con los grupos económicos y su partidocracia obsecuente se agudizó.
Democratizar la propiedad de los medios de comunicación es imprescindible para dar la pelea por redistribuir las riquezas. Es por eso que queremos debatir con todas las organizaciones del pueblo la necesidad de construir medios populares masivos, para dar la batalla de las ideas con el pueblo todo.
COLECTIVO DE DIRECCIÓN DE RADIO GRAFICA
30/04/09
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