A continuación reproducimos un texto de la CTA de Chivilcoy fechada el 07/02/2014
En el contexto político que fue madurando estas
últimas semanas debemos agilizar la discusión; por esto convocamos a las
organizaciones sociales, sindicales y políticas a profundizar el debate y poner
el alerta sobre los intentos de diversos sectores para concretar un retroceso
del poder popular y acallar las necesidades de los trabajadores.
Dólar e Inflación
La inflación actual en la Argentina no encuentra otra
explicación que el saqueo programado por los sectores concentrados de la
economía, la transferencia de riquezas desde el bolsillo del trabajador hacia
las arcas de las empresas monopólicas, principalmente ligadas a la producción de
alimentos de primera necesidad y de las cadenas encargadas de su
comercialización. Los mecanismos ya son conocidos: lanzarse sobre las
actualizaciones salariales luego de las paritarias, o forzar una devaluación
del tipo de cambio, como lograron hace días quienes controlan el comercio de
granos, que, lejos de conformarse, siguen especulando por un dólar a 12 o 13
pesos a costa del pueblo trabajador.
“Burguesia nacional”
Por esto, a la llamada “burguesía nacional” no la
conmueven las apelaciones al bien común o a “La Patria”, solo la conmueve el
incremento de su propia renta, a cualquier precio social. El único lenguaje que
entienden es el límite que ponga el Estado. Si este sector no logra ser
disciplinado por éste, es ingenuo esperar una contención moral que lo frene
para avanzar sobre la sociedad toda.
Los trabajadores estamos ejercitados a la hora de
disputar la renta a dicho sector y estaremos dispuestos a acompañar las medidas
progresivas que tome el Estado. La nacionalización del comercio exterior es la
herramienta fundamental para evitar la falta de divisas que un sector retiene
(agroexportador) con fines especulativos; y que a su vez son necesarias para
desarrollar otros sectores productivos (industrial).
Paritarias
Las paritarias deben comprenderse en este contexto
precedente. En la medida en que los sectores concentrados de la economía
cuenten con herramientas para saquear los incrementos logrados con esfuerzo de
los trabajadores -por medio del aumento de precios- sentiremos que transitamos
un círculo vicioso, el cual algunos intentan agravar proponiendo congelamiento
de salarios para frenar la inflación.
En este ámbito hay que introducir la lucha contra los
monopolios, en particular, contra los que monopolizan la producción de
alimentos y quienes los comercializan; no son muchos, solo un puñado de
empresas (Molinos, Cencosud, Arcor, Ledesma, etc) que deciden, según su propia
codicia, cuanto pierden los bolsillos de las familias trabajadoras.
Las herramientas del Estado
Es preocupante caer en la cuenta de que el marco legal
con que cuenta el Estado tiene su base en el “Pacto de Olivos”, es decir, en la
reforma constitucional de 1994 que profundizó las bases del Estado Neoliberal.
Tal normativa obstruye las posibilidades de avanzar sobre las corporaciones y
consolidar un verdadero Estado que responda a los intereses de toda la
sociedad: por consiguiente, todavía se encuentra raquítico y enfrenta a un
tanque de guerra con una gomera.
Precisamente ahí reconocemos el desafío: dotar al
Estado de más Estado, con control del comercio exterior, diversificación de la
producción de alimentos, diversificación de la producción agraria, mayor
participación de la riqueza por parte de los trabajadores -que son quienes la
generan-.
Creemos necesario y nunca tarde, retomar las
discusiones en este sentido, sobre una posible reforma constitucional. Creemos
también que estas políticas necesarias para dar continuidad a un proyecto
emancipador de país requieren de un sujeto popular alerta, activo y movilizado.
No podemos permitirnos como pueblo trabajador que otra vez nuestra patria se
vea amenazada por los mismos intereses mezquinos y corporativos que (con otro
ropaje tal vez) vuelven a reaccionar.
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