Escasos
datos
El próximo 16 de julio se estará cerrando el acuerdo
YPF-Chevron según lo previsto por la agenda oficial. Poco se sabe del acuerdo,
sólo hay trascendidos que sin embargo alientan el debate teniendo en cuenta
nuestra historia.
El pasado 19 de diciembre se firmó el acuerdo con la
corporación estadounidense para explotar 290 km2 que comprende Loma La Lata y
Loma Campana en la provincia de Neuquén. Se definió armar un “join venture” (empresa
conjunta) donde los costos de explotación serían compartidos, además de la
tecnología y el “know how” (saber como) . A su vez se quedó en cuatro meses
para negociar las condiciones del contrato.
La relación del país con Chevron estuvo en los últimos
meses atravesada por una demanda realizada por pueblos originarios de Ecuador, los
kofán y los siona, que exigen que se ejecute una sentencia por la que esta
multinacional debe pagar 19.000 millones de
dólares por daños ambientales. Pero el embargo fue levantado por la Justicia
Argentina, lo que dio luz verde para que avance el acuerdo.
Ahora bien, a una semana de la firma del contrato con la
presencia en nuestro país del CEO de Chevron, John Watson, tenemos poca
información. Página/12 en un artículo del 4 de julio planteó “Según fuentes del Gobierno, (desde
Chevron) pidieron exportar la gran
mayoría de lo que se extraiga libre de retenciones, tener libertad para girar
utilidades y poder reclamar ante un tribunal extranjero en caso de un
incumplimiento contractual por parte de Argentina”. A su vez Carlos Pagni,
en la edición del 9 de julio en La Nación, escribió: “Los responsables de las finanzas de
YPF, encabezados por el neocamporista Nicolás Arceo, se preguntan si Chevron
ingresará dólares a través del Banco Central, es decir, cotizados según la
paridad oficial. ¿O aplicará a la explotación de shale la renta de sus propios
yacimientos, que no pudo sacar del país por las restricciones vigentes?”.
Lo cierto es que ni el gobernador de
Neuquén Sapag, ni el CEO de YPF Galuccio, dieron mayores detalles del acuerdo
que se estará celebrando en apenas unos días. Un dato no menor es que el
economista de la CTA Eduardo Basualdo, renunció. Según trascendidos el motivo
de su alejamiento fue por desacuerdos con el acuerdo en cuestión.
La historia es presente
En 1955 el cuello de botella energético en
el proceso de industrialización de la Argentina llevó al General Perón a proponerse
entablar negociaciones con la California Standard Oil. Sin lugar a
dudas generó una contradicción en el gobierno justicialista. John William Cooke expresó “Combatí el proyecto petrolero. Por
ejemplo los excesivos privilegios que se reserva la compañía extranjera en su proyecto,
la falta de obligaciones concretas y compensatorias por la concesión buscada,
el lamentable sistema de arbitraje, las prórrogas interminables del contrato”. Por
su parte Arturo Jauretche dijo lo suyo: “También fui opositor a la política
petrolífera contenida en el famoso proyecto de la California. Pero también lo
fue expresamente la CGT que impartió instrucciones a sus diputados obreros de
oponerse al proyecto”.
No creo que nadie se atreva a decir hoy
que Cooke y Jauretche fueron unos “destituyentes” por oponerse a una política
del General Perón. El debate se dio meses antes del golpe fusilador. Hoy
sabemos que el Partido Militar no existe pero el imperialismo si y continua
actuando como de costumbre. Esto, creo, nos debe empujar a dar los debates,
porque cuando se trata de conquistar soberanía, sabemos que, como dijo un
diputado kirchnerista tras las presidenciales de 2011 “si no avanzamos,
retrocedemos”.
La palabra del General
Norberto Galasso en su libro “PERON”,
trascribe una carta que le envió el mismo Perón el 7 de noviembre de 1967 en la
que hablaba sobre el acuerdo con la petrolera yanqui: “El proyecto
desgraciadamente no fue tratado por las Cámaras, se trataba de la formación de
una sociedad mixta constituida en Buenos Aires, con la mitad del capital
argentino y la otra mitad de la Standard Oil de California, que se comprometía
a la extracción de petróleo para YPF porque, de acuerdo al artículo 40 de la
Constitución Nacional, tanto el mineral como las caídas de agua eran de
propiedad imprescriptible e inalienable de la nación argentina. En esas
condiciones se trataba de una sociedad argentina que funcionaba bajo las leyes
argentinas y la justicia argentina, que se encargaba únicamente de la
prospección petrolífera pero solo como locación se de servicios”.
Dos cuestiones para apuntar: Por un lado
¿No es necesario de debatir una reforma constitucional teniendo en cuenta que
la actual provincializa los recursos naturales? Por otro ¿No es hora de tomar
el camino de Bolivia, Ecuador y Venezuela de salirse del juego de los “árbitros
internacionales?
Para debatir
A diferencia del `55 hoy no hay un golpe en marcha, aunque si hay
procesos de desestabilización para condicionar y modificar el rumbo del
Gobierno Nacional. Eso lo denuncia la misma presidenta en sus discursos y
muestra la firmeza de no ceder, por ejemplos a las intentonas de devaluación.
Sin embargo a diferencia del 55 el movimiento obrero no está hoy en política
como lo estaba en ese entonces. Por ejemplo, Amado Olmos, sindicalista y
diputado nacional fue uno de los que se pronunció en contra del acuerdo con la
California. En los últimos años pasamos de la unidad de acción de los dos Hugos
a tener un Moyano que se pronuncia en Plaza de Mayo contra la política social
del Gobierno y un Yasky que ha quedado con un sustento organizativo demasiado
débil. Si recordamos en 2012 se lanzó desde la CTA, junto a diversas
organizaciones políticas, el Frente por la Soberanía Energética que luego no se
desarrolló como herramienta de la militancia. Luego se dio la nacionalización
de YPF y el exitismo se apoderó de muchos dirigentes. Por lo que vemos con
Chevron el proceso sigue abierto y lleno de contradicciones. Debatirlas es
tarea de la militancia. Comunicar estas discusiones es tarea de los medios
populares.
Radio Gráfica FM 89.3
15 55 91 10 07
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