Día de la Soberanía complejo para quienes luchamos desde el campo
nacional por la profundización del proyecto latinoamericano en marcha.
Por eso es fundamental la reflexión como ejercicio imprescindible para
desmarcarse del pensamiento lineal que nos proponen los agoreros del
odio.
En la jornada de hoy está mezclada la cosa. El pliego de reivindicaciones del paro nacional es legítimo entre los trabajadores pero políticamente la acción nacional que encabezan Micheli y Moyano acumulan para un proyecto conservador. Está en nuestra historia que siempre cuando la fragmentación cundió en el pueblo, la oligarquía tuvo campo fértil para desestabilizar.
Sin embargo hoy desmarcarse del pensamiento lineal implica no exagerar clamando que el paro es golpista ni desconocer que el contexto general del país y de la economía es favorable a un proyecto nacional y popular. Cierto es que las contradicciones muchas veces crujen, por ejemplo cuando el Gobierno Nacional busca resolver un conflicto gremial como el de la Línea 60 con un secretario de seguridad al mando de la gendarmería. También crujen cuando un Hugo Moyano que promovía profundizar el proyecto en marcha de la mano de Cristina se arrepienta de haber enfrentado a la oligarquía en 2008.
Por eso la reflexión y por supuesto la crítica. Crítica que permite ampliar el pensamiento para la acción. Crítica que puede molestar a algunos funcionarios acomodaticios amantes del statu quo y con discursos altisonantes, así como a dirigentes que dicen representar a un pueblo cuyas necesidades desconocen por haber ya traicionado sus orígenes.
Estamos en un contexto de definiciones marcado por la crisis mundial en donde se define sobre qué sector va a recaer el costo de la misma. Vemos cómo en Europa los pueblos resisten al ajuste, mientras en Nuestraamérica avanzamos hacia la Segunda Independencia, y de esta forma nos constituimos como un bloque de referencia (por ejemplo el pedido de Egipto a la Argentina para intervenir en ataque israelí en Palestina).
En esta situación nuestros empresarios que se la llevan en pala buscan determinar el devenir del proyecto en marcha hacia un modelo donde no se debata el reparto de las riquezas. Es decir que mientras el año pasado discutíamos la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas hoy tenemos que aceptar el acuerdo con la UIA que implicó la ley de ART. El cambio del último tiempo es que se ha perdido la calle. Que los sectores que se movilizan lo hacen contra el Gobierno Nacional y no a favor de la profundización del proyecto que desde 2003 está en desarrollo.
Por lo tanto es necesario debatir cómo construir nuestra agenda de reclamos desde el campo nacional y a favor de la profundización. La inflación es necesario atacarla no solo con políticas de Estado sino con la denuncia a los grupos económicos que en base a embolsar pingues ganancias forman los precios.
Esto hay que explicarlo y de allí que una multiplicidad de medios de comunicación, aplicada en plenitud la ley de medios, impulsaría otras corrientes de opinión. Como otro ejemplo podemos tomar las tercerizadas ¿Basta con la buena acción de funcionarios, o el buen diseño de políticas públicas? No, lo noventa nos demostraron que solo con fuerza social organizada y en las calles se defiende y desarrolla la pelea.
Profundizar en este sentido implica romper negocios, de propios y ajenos. El problema está cuando se reduce todo a la puteada o la chicana. En este día especialmente creo que pensar con soberanía implica hacerlo con el compromiso que nos mueve a los que pujamos por la justicia social, aunque esto implique ser políticamente incorrectos.
En la jornada de hoy está mezclada la cosa. El pliego de reivindicaciones del paro nacional es legítimo entre los trabajadores pero políticamente la acción nacional que encabezan Micheli y Moyano acumulan para un proyecto conservador. Está en nuestra historia que siempre cuando la fragmentación cundió en el pueblo, la oligarquía tuvo campo fértil para desestabilizar.
Sin embargo hoy desmarcarse del pensamiento lineal implica no exagerar clamando que el paro es golpista ni desconocer que el contexto general del país y de la economía es favorable a un proyecto nacional y popular. Cierto es que las contradicciones muchas veces crujen, por ejemplo cuando el Gobierno Nacional busca resolver un conflicto gremial como el de la Línea 60 con un secretario de seguridad al mando de la gendarmería. También crujen cuando un Hugo Moyano que promovía profundizar el proyecto en marcha de la mano de Cristina se arrepienta de haber enfrentado a la oligarquía en 2008.
Por eso la reflexión y por supuesto la crítica. Crítica que permite ampliar el pensamiento para la acción. Crítica que puede molestar a algunos funcionarios acomodaticios amantes del statu quo y con discursos altisonantes, así como a dirigentes que dicen representar a un pueblo cuyas necesidades desconocen por haber ya traicionado sus orígenes.
Estamos en un contexto de definiciones marcado por la crisis mundial en donde se define sobre qué sector va a recaer el costo de la misma. Vemos cómo en Europa los pueblos resisten al ajuste, mientras en Nuestraamérica avanzamos hacia la Segunda Independencia, y de esta forma nos constituimos como un bloque de referencia (por ejemplo el pedido de Egipto a la Argentina para intervenir en ataque israelí en Palestina).
En esta situación nuestros empresarios que se la llevan en pala buscan determinar el devenir del proyecto en marcha hacia un modelo donde no se debata el reparto de las riquezas. Es decir que mientras el año pasado discutíamos la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas hoy tenemos que aceptar el acuerdo con la UIA que implicó la ley de ART. El cambio del último tiempo es que se ha perdido la calle. Que los sectores que se movilizan lo hacen contra el Gobierno Nacional y no a favor de la profundización del proyecto que desde 2003 está en desarrollo.
Por lo tanto es necesario debatir cómo construir nuestra agenda de reclamos desde el campo nacional y a favor de la profundización. La inflación es necesario atacarla no solo con políticas de Estado sino con la denuncia a los grupos económicos que en base a embolsar pingues ganancias forman los precios.
Esto hay que explicarlo y de allí que una multiplicidad de medios de comunicación, aplicada en plenitud la ley de medios, impulsaría otras corrientes de opinión. Como otro ejemplo podemos tomar las tercerizadas ¿Basta con la buena acción de funcionarios, o el buen diseño de políticas públicas? No, lo noventa nos demostraron que solo con fuerza social organizada y en las calles se defiende y desarrolla la pelea.
Profundizar en este sentido implica romper negocios, de propios y ajenos. El problema está cuando se reduce todo a la puteada o la chicana. En este día especialmente creo que pensar con soberanía implica hacerlo con el compromiso que nos mueve a los que pujamos por la justicia social, aunque esto implique ser políticamente incorrectos.
* Punto de Partida / Radio Gráfica.
20/11/2012
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