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martes

Desde el Pueblo y desde el Sur





Por Lucas Molinari, 
periodista de Radio Gráfica FM 89.3
militante de la Corriente Política 17 de Agosto





Desde el pueblo y desde el sur, potente concepto del compañero y periodista Gabriel Fernández, explicita las coordenadas de quien escribe para interpelar en el actual contexto mundial al lector. Se trata de un mundo que vive una de las crisis más profundas en el sistema económico y político internacional que puede derivar en situaciones de catástrofe para la humanidad. Como americanos del sur tenemos hoy en nuestras manos la posibilidad de nuestra segunda independencia en este tiempo en el que dejamos de tener Norte aunque existan quienes añoren aquella situación de Dependencia.


Los caceroleros que exigieron desde diversos puntos del país no avanzar con la reforma constitucional son parte de sectores miopes de nuestro país. Pero que a la vez existen en todas las patrias chicas de Nuestramérica. ¿Cómo reparar esa deficiencia cultural? La respuesta es la política. Festejemos entonces que tras el 2001 donde el pueblo irrumpió en las calles para dar por tierra con el pacto neoliberal la política como herramienta de transformación se volvió a visibilizar masivamente. Más aún cuando aquel pingüino se propuso entrar a la Casa Rosada sin dejar las convicciones en la puerta. Pero no dejan de estar los que añoran un Ministro de Economía fuerte como Domingo Felipe, quizá porque la comunicación masiva sigue cartelizada y no hay una diversidad de expresiones que permitan potenciar el debate político actual. Sin embargo, no hay dudas que estamos en marcha.


La marcha de un pueblo que ha sufrido a desestructuración de sus bases de sustento. De ser un país industrial con proyectos de independencia económica, nuestra oligarquía logró conducirnos al peor de los infiernos. En momentos oscuros como la última dictadura hubo muchos civiles que aplaudieron y fueron artífices del terrorismo de Estado. Grandes empresas que hoy apuestan a una devaluación para licuar nuestro salario, fueron parte y beneficiadas por el plan económico Martinez de Hoz y la profundización efectuada por Carlos Saúl.

Pero hablé de oligarquía, término que la recuperación de la política volvió a poner en el tapete para indicar la conducción del Bloque enemigo a una Argentina Grande, representado en 2008 por la Mesa de Enlace. Hay sobrados ejemplos de esta jefatura política que sigue reflejándose en las editoriales del diario La Nación. Estos sectores buscan un país que sólo exporte materia prima y tenga relaciones carnales con el imperialismo. Por el contrario la Presidenta como líder del Bloque Nacional plantea un proyecto político basado en la integración regional, la industrialización y la inclusión social.

Habiendo hecho esta introducción y dejando en claro que me ubico dentro del campo nacional y popular, valga debatir hacia adelante qué camino irá tomando nuestro país en términos estructurales. Porque si bien existe un proceso de fuerte recuperación del rol interventor del Estado en la economía, queda planteada la imposibilidad de Argentina de profundizar su industrialización con independencia de las empresas transnacionales. De alguna manera la crisis internacional implica que las empresas inviertan en nuestro suelo pero a costa de llevarse pingues ganancias. Hablemos de “sobre-ganancias” que son flujos de dinero que en muchos casos se fugan al extranjero. De allí que pensar en empresas estatales es una experiencia que tenemos en nuestra historia que es necesario rescatar para pensar el presente.

Fabricaciones Militares es un ejemplo clave del desarrollo que tuvimos como nación en puntos estratégicos del desarrollo estructural de un país. Si no sigue en pie tiene su explicación en la destrucción que las minorías generaron en nuestras bases productivas. Se trata hoy de discutir nuevamente como en 2008 quién se queda con la Renta de la tierra. Porque los recursos, dólares, que produce nuestro suelo y que podrían ser de sustento al forjamiento de industrias nacionales, se lo están llevando los grupos económicos. Personeros del establishment que a su vez buscan determinar al Gobierno Nacional en cada decisión económica mediante corridas bancarias y exigencias devaluacionistas.

Se trata entonces desde el campo nacional de comenzar a debatir cuánto nos conviene como pueblo que ganen los empresarios, al igual que ellos buscan siempre poner el número de cuánto nos pertenece en términos salariales y de condiciones de trabajo. Porque el capitalismo está en crisis y América Latina se muestra como una fuente no sólo de recursos naturales sino como usina de revoluciones. Países del mundo árabe como Irán comprenden esto y por eso desarrollan con el ALBA vínculos comerciales y diplomáticos. Países como Angola a su vez se encuentran con Argentina en el desarrollo sur-sur, que se erige como un camino del mejor vivir para nuestros pueblos. Atrás quedó el FMI con sus recetas de muerte, ya sus funcionarios son sólo nota de color de forma esporádica pocos días al año, habiendo sido durante más de una década estrellas de la fiesta neoliberal para pocos.

Intensos debates entonces existen por delante, que implican una lectura profunda del proceso en marcha, que ninguna foto puede determinar (ni la de los caceroleros, ni la del 54% de las presidenciales). Se trata de poder explicitar las contradicciones de la etapa, por ejemplo un gobierno que impulsa la inclusión y una estructura económica muy concentrada. Contradicciones que hacen a una dinámica creciente en la disputa por las riquezas. Entre el capital y el trabajo se da una tensión que no impide el avance de los gobiernos populares de América Latina, pero que las limitaciones ponen en cada momento a prueba a los líderes y las organizaciones en que se apoyan.

Es por eso que los sectores políticamente más dinámicos de una sociedad tienen la responsabilidad de poder dar el debate cultural para la comprensión colectiva de la etapa. En América Latina no existe el Norte. La Celac, Unasur y Mercosur potencian la posibilidad de la Patria Grande. Pero hay mucha traba puesta aún en incapacidades propias. Sino ¿Por qué el Banco del Sur no logró proyectarse habiendo sido anunciada su creación en varias ocasiones? Visualizar entonces los límites es una forma de plantear el debate político para superarlos. Y repito, no hay Norte a pesar de un Imperio yanqui que sigue desplegando sus bases militares, su Cuarta Flota, y sus planes de desestabilización y golpes como el de Honduras y Paraguay. El no al ALCA implicó un hecho histórico en 2005 y los sucesivos hechos regionales que le siguieron demostraron la incapacidad imperial de operar por vías democráticas.

Ahora bien, si futbolísticamente hablando, el Pueblo desde el Sur tiene la pelota, no podemos contentarnos ni con aplaudir a nuestros conductores ni con justificar retrasos en las líneas estratégicas de la liberación nacional. Fundamentalmente se trata de abrir espacios de organización para dar la batalla política, para masificar desde las calles la comprensión de que sólo a través de la política (y no de la espiritualidad) los trabajadores logramos vivir mejor.

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