por Dr. Juan E. Romero / Historiador
Los actos de un nuevo aniversario del Natalicio de Simón
Bolívar, vinieron rodeados de un gran simbolismo histórico y cultural. En
primer lugar, debe resaltarse el trabajo científico de antropología forense y
antropometría que realizaron los equipos nombrados y direccionados desde la
Comisión de la Vice-presidencia de la república. El trabajo que permitió
definir a partir de estudios antropométricos las verdaderas características de
la fisionomía de Bolívar muestra un esfuerzo sistemático que desmiente
manipulaciones y alteraciones. Es sorprendente como la comunidad científica
venezolana ha mantenido un mutis asombroso que señala un ausencia total de
sentido patrio. Y no se trata de una exaltación personalista de la historia y
del personaje, al contrario se trata de un esfuerzo por humanizar la condición
histórica de Bolívar que históricamente ha sido manipulada y utilizada por las
elites privilegiadas en Venezuela y Nuestra América.
El
rostro de Bolívar en el siglo XXI, su divulgación indica un esfuerzo por la
democratización de la memoria, una preocupación por el sentido histórico de la
veracidad y la rigurosidad que tan alejado se ha mantenido del tema
historiográfico. Cuando Chávez anunció en 2009 la conformación de la Comisión
del Bicentenario y cuando en 2010 se procedió a iniciar las investigaciones con
los restos del Libertador que reposaban desde finales del siglo XIX en el
Panteón Nacional, fueron muchas las voces agoreras y burlonas que surgieron
desde la Academia Nacional de la Historia y la Universidades sobre el esfuerzo
ahí iniciado. Ese esfuerzo buscaba – y creo que lo logró- develar una realidad
que se mantenía oculta y que puede generar un cambio en la iconografía del
Libertador. Como bien es sabido, había pocos cuadros que realmente mostraran –
con veracidad- el rostro de Bolívar. Con excepción de un cuadro pintado para el
Libertador en Lima, en los años de la campaña del Sur (1818-1821) las
representaciones iconográficas de Bolívar entraban en una especie de espacio
creativo de los pintores y ese proceso forma parte de una dinámica cultural de
exaltación, de hedonización del Libertador, cuyo objetivo final era
desprenderlo de su condición humana y con ello alejarlo de los colectivos
populares sobre los cuales basó todo su accionar político.
En 2do
lugar, la develación de este trabajo en este momento tiene un contenido
simbólico significativo. Se hace en plena campaña electoral en Venezuela y con
ello se acrecienta la identidad histórica – de ideales y práctica política- de
Chávez con los supuestos teóricos desde los cuales Bolívar lanzó su campaña. El
tema de la Independencia y Soberanía que constituye un eje central del
pensamiento de Bolívar expresado en el Manifiesto de Cartagena, Carta de
Jamaica, Discurso de Angostura entre otros documentos claves; pasa a ser
resemantizado y relanzado en el discurso político venezolano, mediante la
incorporación de estos referentes en el pensamiento y la propuesta de acción
política de Chávez. No creemos que esto sea fortuito o una muestra de
manipulación ideológica e histórica. El discurso de Chávez, el análisis de sus
temas muestra que la preocupación histórica es real y se filtra en cada una de
sus intervenciones y sus actos discursivos en todo escenario, la referencia al
“padre Bolívar” – utilizando la frase del poeta Pablo Neruda- es una constante
y tiene que ver con la necesidad histórica de plantear un debate sobre la idea
misma de soberanía e independencia en un mundo trasnacionalizado y donde las
fronteras nacionales parecen querer ser borradas en nombre de la globalización.
Por otra
parte, la divulgación del rostro de Bolívar tiene la intencionalidad clara de
mostrarlo en su condición humana. La sensación que experimenté en lo personal
fue de un acercamiento muy humano, alejado de la tradicional seriedad con la
que un adulto como yo fue formado en su relación con el héroe nacional. El
rostro que mostró ayer el presidente Chávez es un rostro que invita a un
acercamiento que no es tradicional en la relación que los venezolanos
establecemos con el tema bolivariano. Ese acercamiento está enmarcado en un
esfuerzo de democratización de la memoria, de visibilización de procesos que
han estado ocultos en función de ansias de control hegemónico. Al hacer
público, a través de técnicas de craneometría – medición de las dimensiones del
cráneo- una reconstrucción tridimensional, se acerca al ciudadano común la
humanidfad del propio Libertador. Se trata de desmitificar al Bolívar que la
historiografía venezolana muestra inalcanzable, inaccesible y por lo tanto,
incapaz de calar en el significado de sus ideas para el ciudadano común. El
esfuerzo de Chávez y la Comisión, marchó – y lo logró- hacia una ruta distinta:
humanizar al Bolívar Nuestro.
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