Comunicado de Prensa – Agrupación Estudiantil Ortega Peña
El pasado sábado 15 de enero en horas de la madrugada las fuerzas PAR y ETOP reprimieron una protesta encabezada por los presos de la Unidad 1, con un saldo de cerca de 100 heridos graves, traumatismos de cráneos, contusiones cerebrales, rotura de huesos, uso de picanas de mano y puñaladas.
Todo comenzó hacia las 18:40 del viernes 14 cuando se le notifica al compañero Daniel Alberto Luque DNI 34.298.348 el fallecimiento de su padre, y este exige el cumplimiento del artículo 166 de la ley 24.660 (de ejecución penal) para asistir al velorio. Ante esto Romero, el director del penal, no brinda ninguna respuesta. En respuesta a esta situación, cerca de las 20 hs los internos en solidaridad con Luque se reúnen en el patio del penal a exigir el cumplimiento del derecho que lo asiste a su compañero.
A las 20:30 hs llega el grupo de choque del Servicio Penitenciario conformado por más de 200 uniformados y comienzan a amenazar de muerte a los internos y a insultarlos. Los presos en respuesta se repliegan hacia el pabellón para continuar con su protesta de forma pacífica. Al ver esto, y pretendiendo generar las tensiones suficientes que los avalen a desatar una feroz represión la decisión de la fuerza de seguridad fue avanzar hacia los pabellones, persiguiendo a los internos. El clima de agresiones verbales por parte del Servicio Penitenciario continúa desde las puertas del pabellón y dentro los internos organizan la medida de protesta.
Cerca de las 00 horas del sábado 15 de Enero, llega un refuerzo de la unidad 6 encabezado por el Oficial Acevedo y más de 20 oficiales encapuchados con pasamontañas dispuestos a reprimir. Ante esto y sabiendo que lo que se venía los internos exigen la presencia de veedores judiciales y de la Red de Derechos Humanos. La misma es rechazada por los oficiales a cargo del Servicio Penitenciario, mintiéndoles a los internos, diciendo que no había nadie dispuesto a protegerlos, mientras que en la calle se congregaban familiares y la Red de Derechos Humanos exigiendo entrar. La Dra. Varela, jueza de turno jamás se hizo presente. Los presos insisten en la presencia de veedores y en señal de reclamo comienzan a prender fuego colchones. La situación se pone más tensa que nunca.
Alrededor de las 3 a.m. llega la orden, se desata la masacre. Las fuerzas de seguridad entraron en el pabellón con gases lacrimógenos y pimienta y lanzando ladrillos, disparando a voluntad con balas de goma, con palos y picanas eléctricas. Ingresaron en las celdas de presos que dormían y los torturaron y laceraron.
Entre dos oficiales maniataban a los internos y un tercero les profería cuchilladas en codo, tobillos y costillas, para hacerlo pasar por una pelea entre internos. Práctica importada de la Unidad Federal de Chaco, donde las fuerzas de seguridad realizan estos procedimientos en forma cotidiana. Los presos no tenían para donde huir, estaban solos, encerrados y desarmados, ningún veedor. Un clásico del accionar de una fuerza militarizada que jamás fue puesta en comisión desde la vuelta de la democracia.
Por citar solo algunos ejemplos, el compañero Víctor Omar Perez recibió un balazo en la cara que le produjo el vaciamiento de un globo ocular, en criollo, perdió un ojo. A otro interno lo arrastraron por las escaleras del penal sostenido por dos oficiales desde sus tobillos de manera tal que su cabeza y espaldas rodaran por los peldaños de cemento. El saldo, le rompieron la columna vertebral, hasta el momento perdió la motricidad en ambas piernas. Infinidad de internos que una vez en el piso continuaron recibiendo golpes con los bastones y patadas. El saldo, tabiques, piernas y brazos quebrados. Podemos citar el ejemplo del compañero Chaqui quien tiene todos los huesos de una pierna quebrada, a manos del Oficial Blanco. Lo mismo se replicó en todos los pabellones del penal. Se adjuntan fotos y filmaciones.
En total hubo cerca de un centenar de heridos, 8 de los cuales se encuentran en estado de gravedad por las puñaladas recibidas, todos a manos del Servicio Penitenciario. Algunos permanecen en el penal, otros fueron trasladados a la Unidad 6 y a la Comisaría 3ra de Corrientes, desde donde denunciaron no haber recibido asistencia médica.
La represión desatada fue dirigida por los oficiales Acevedo del ETOP, los oficiales Perez y Cerro del área de Seguridad Externa del Penal. Además, los internos reconocieron al criminólogo de la Unidad 1, el señor Mota, quien sin ningún tipo de tapujo y sin pasamontañas se plegó a la tortura de los internos en sus celdas, poniendo sus conocimientos al servicio del aparato represivo e indicando de que manera no dejar marcas que puedan inculpar a los oficiales. Todo se realizó con la complicidad directa del Subsecretario de Seguridad del ejecutivo provincial, Luís Bravo; el interventor de la policía correntina en el penal, Domínguez; y el fiscal de turno. A su vez el propio vice gobernador de la provincia, Pedro Bralliard en declaraciones a la prensa afirmó la necesidad de reprimir hasta el máximo de las posibilidades la protesta de la Unidad 1. Por otra parte, los periodistas que se dirigieron al lugar de los hechos la madrugada del 15 de enero sostuvieron haber recibido órdenes precisas del ejecutivo provincial de no difundir los hechos para no “empañar” la fiesta del chamamé que tomaba lugar en esos días en la provincia.
Las excusas que dan tanto el Servicio como el ejecutivo son las que nos tienen acostumbrados: intentos de fuga, motín, rehenes. Todas mentiras para justificar el despliegue represivo y encubrir el accionar ilegal de la jueza de ejecución María Teresa Sacaría de Gonzalez quien sistemáticamente rechaza las salidas que por ley les corresponden a los internos y se niega a cumplir con los derechos al computo de la pena como ser la libertad asistida y condicional de los compañeros detenidos en la Unidad 1.
Desde la Agrupación Estudiantil Ortega Peña nos solidarizamos con los compañeros de la Unidad 1, los apoyamos desde la difusión y fomentamos su organización. Ponemos el Derecho donde tiene que estar, que es con los más débiles. Y de esta manera vamos a continuar acompañando el reclamo que en los próximos días tomará la forma de una huelga de hambre exigiendo la renuncia de la jueza Sacaría de Gonzalez, culpable de la situación del compañero Luque y la de tantos otros internos; y exigiendo además el juicio y castigo a los culpables de la represión.
¡Será Justicia!
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Agrupación Estudiantil Ortega Peña
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