"Seamos libres, lo demás no importa nada" Libertador General San Martín

lunes

Una Pelicula


El Rati Horror Show
por fede ravina

Que la policía dista de ser la institución que nos da seguridad no es ninguna novedad. Que están mal formados y que no existe un órgano de control real, tampoco es noticia alguna. Que están aplicando la pena de muerte de manera encubierta y que el poder judicial termina gatillando nuevamente sobre la víctima, es una realidad que en estas breves líneas se intenta comenzar a desarrollar a partir de un caso de película.

La policía es el brazo ejecutor del poder judicial. Todas las medidas que los jueces penales determinan, son realizadas por la misma fuerza. Desde notificar a un testigo y tomarle declaración hasta hacer tareas de inteligencia o realizar pericias.

    Cuando un juez necesita algo, se lo solicita a la policía. Incluso en muchas oportunidades, solicitan medidas de prueba sabiendo que no cuentan con presupuesto para ello y se realizan sin que nadie se pregunte de donde salen los recursos.

    El poder judicial, al estar tan estrechamente vinculado a las labores policiales, se desentendió de su rol de contralor. Es muy difícil, para no decir imposible, controlar a alguien al que necesitas a diario.

    Les cuento que estas líneas se escriben desde la militancia cotidiana de un barrio humilde y continuamente marginado de la Ciudad de Buenos Aires, donde la vida cada día vale menos y se mata más. Siempre con el aval del poder judicial y la resistencia de vecinos que se organizan y siguen intentando transformar la lógica de que algunos deben morir.

        Fernando Ariel Carrera, está injustamente preso hace 5 años y medio. Víctima de la arbitrariedad policial (brigadas sin identificación comisarías 34 y 36), le dispararon sin preguntar, lo dejaron inconsciente.
       
        Con su coche fuera de control, atropelló mucha gente, quitándole le vida a tres personas. Luego la policía para evadir su responsabilidad, le disparó a matar. Su vehículo termino con dieciocho disparos y su cuerpo con ocho.

        Sorprendentemente, no murió.

    Le inventaron dos robos, le pusieron un arma y un par de testigos falsos. El poder judicial, lejos de hacer justicia, encubrió a los verdaderos responsables, condenando a Fernando a la pena de treinta años de prisión. TREINTA AÑOS A FERNANDO, MIENTRAS QUE A LOS GENOCIDAS LES DAN 25.

    Como Fernando era de clase media y no tenía antecedentes policiales, pudimos romper los prejuicios que justifican el gatillo fácil y gracias a infinidad de compañeros, se filmó "El rati horror Show", película que pone al descubierto como el poder judicial es cómplice de muchos asesinatos y como construye impunidad.

    Película que pone en evidencia una práctica policial y judicial que sufren a diario los más desprotegidos del neoliberalismo que imperó en nuestra querida Argentina.
Se estrena el 2 de septiembre. A verla y a seguir luchando para cambiar el poder judicial que la nueva Argentina que se está intentando construir, tenga la Justicia que se merece.

    Compañera Cristina con la corte suprema no alcanza ¡Vamos por más!!!

setiembre 2010

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